El prudente ve el peligro y lo evita; el imprudente sigue adelante y sufre el daño.
Proverbios 27:12
La prudencia es la virtud que nos permite actuar de forma justa y adecuada. Está asociada a la templanza o dominio propio, a la moderación, a la sensatez o cautela. La prudencia se convierte en una fuerza interior que nos ayuda a controlar nuestras acciones y a conducirnos de manera equilibrada considerando los efectos que pueden producir nuestras palabras y actitudes en los demás. Comunicarse con un lenguaje claro y adecuado forma parte de la prudencia, sobre todo en las relaciones familiares, laborales o de negocios. Así mismo, la prudencia implica el respeto por los sentimientos y la vida del prójimo.
¿Cómo podemos establecer un perfil de prudencia que nos permita conducirnos de manera acertada? He aquí unos interesantes tips:
1. Organice sus ideas antes de expresarlas
2. Utilice el vocabulario con propiedad y deseche las expresiones de mal gusto
3. Manténgase alejado del chisme, la crítica y la murmuración.
4. Respete las ideas, amistades, o modo de ver de los demás aunque no los comparta.
5. Controle sus emociones sobre todo cuando se irrita o se encuentre disgustado.
6. No se empeñe en decidir por otros
7. Cuide lo que dice en presencia de terceros
8. Encuentre siempre un elemento positivo en las propuestas de otros.
9. Mantenga su palabra. No prometa cosas que luego no cumpla.
José Villarroel
Facilitación para el Desarrollo Personal y Profesional
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